UN NOVIO DESPISTADO

                           
                                                                                   




UN NOVIO DESPISTADO


La fábula es real como todas las fábulas.
El protagonista es un  chico que al terminar sus estudios universitarios por razones laborales se traslada  a otra ciudad.  Tiene novia en su pueblo y piensa hacerle un regalo para el cumpleaños, una mañana  paseando por una zona comercial ve una óptica y sabiendo que su amada  necesita  unas  gafas nuevas opta por entrar a comprarle unas. 


El novio se deja aconsejar por la chica de la óptica.  Una vez que ya decide por el modelo escogido se va a la caja para abonar la compra.  La dependienta  se  las envuelto  en un papel muy bonito, el chico algo despistado  al marcharse toma el paquete equivocado, en lugar de coger  las  gafas, toma un paquete similar que estaba encima del mostrador dejado por clienta que  se estaba probando lentes para el sol, en el  paquete de la señorita había un tanga.

El chico contento de su compra se va  directamente a la oficina de  correos para enviar el regalo a su novia, y le  adjunta una nota, cuando el paquete le llega a su novia esta lo abre y se queda  sorprendida cuando ve el  tanga; lee  la nota y no se lo puede creer.

"Querida Laura": 

Confió que te guste el regalo que te envío, sobre todo por la falta que te hacen, ya que llevas mucho tiempo con las otras y éstas son cosas se deben cambiar de vez en cuando. 

Espero  esta vez haber acertado en el modelo. La dependienta (que me ha atendido) me ha dicho que es la última moda y me ha enseñado las que ella lleva que son  iguales. Entonces yo, para ver si eran ligeras y cómodas, me  las he probado. No sabes como se rió la dependienta, porque esos modelos femeninos en los hombres nos quedan muy graciosos; y más a mí, que sabes que tengo unos rasgos muy singulares. 

¡Ah! Una chica que se encontraba allí me las ha pedido y se las ha probado, antes  claro se ha quitado  las suyas y se ha puesto las que te he comprado para que yo pudiera ver el efecto que hacían en ella. Las vi estupendas,  le caían muy bien, así que  decidí comprarlas. 
Te las pones y las  enseñas  a tus padres, y hermanos, en fin, a todo el mundo, a ver qué opinan. Al principio te sentirás muy rara, acostumbrada a ir con las viejas, y más ahora que has estado un tiempo sin llevar ningunas.

¿Otra cosa!Si te están  pequeñas, o grandes me lo dices, no sea que vayas andando y se te caigan. Llévalas con cuidado y, sobre todo, no vayas a dejarlas por ahí y las pierdas. ¡Cariño! Estoy deseando volver al pueblo.Creo que este es el mejor regalo que podía hacerte para tú cumpleaños..Te quiero
Un beso ¡amor mio!.
  José Ramón Cerezo.


Casimiro Mario







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